Resultaba habitual en las minas antiguas hasta las primeras décadas del siglo XX revestir los emboquilles de ladrillo y sillares. Se trata de reforzar las zonas donde frecuentemente el terreno se encuentra más meteorizado. Una vez alcanzada una zona donde mejoran las características se prescinde del revestimiento y la galería se encuentra en “roca viva”. Tal y como se muestra en la figura inferior.
Dado que muchos de los refuerzos se emplean sólo durante el uso de la mina estos no están destinados a perdurar de forma definitiva; de ser así muchos se prolongarían aún más. La zona inmediatamente posterior al revestimiento puede estar también fracturada y algo meteorizada de tal forma que se producen desprendimientos de cuñas del techo y “campanas”. En esos momentos las tensiones en el terreno circundantes pueden estabilizarse o bien seguir progresando.
Sobre estas lineas: formacion de una "campana"
La progresión de las inestabilidades comentadas anteriormente es la formación de una dolina o chimenea, según la forma del colapso con progresión hasta la superficie del terreno.
sobre estas lineas, formacion de una chimenea
En estos casos el terreno sobre clave es insuficiente y no se produce el efecto de descarga sobre la galería. Es un caso muy habitual en las minas antiguas en terrenos de calidad geotécnica moderada a mala.
Sobre estas lineas: Colapso completo de un emboquille. Las inestabilidades progresan afectando a toda la ladera. Estas cesan cuando se estabiliza la pendiente del terreno.
Buenos dibujos Luis, muy explicativos, gracias.
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